MATÍAS RÍOS
Durante mi formación como estudiante pude evidenciar el esfuerzo y dedicación de mis profesores que marcaron por siempre mi vocación de enseñar y entregar herramientas para los futuros integrantes de nuestra sociedad. Estas evidencias inspiraron la búsqueda constante de la valoración del merito y la alta exigencia, para en un futuro retribuir de la mejor manera lo que la educación de mis formadores me entregó. Como profesional sigo los mismos fundamentos vividos como estudiante y gracias a la oportunidad que me entregó el Liceo Bicentenario he podido ponerlos en práctica, desarrollarme como educador y también como persona.
Soy un convencido de que la educación es el gran motor de movilidad social y crecimiento que tienen las personas, por lo que todos los esfuerzos que realicemos como educadores deben enfocarse en los sueños de cada uno de nuestros estudiantes, ya que ellos han depositado en nosotros su formación y su futuro. Tal como yo pude cumplir mi anhelo de educar gracias a mis profesores, hoy en nuestro liceo mis esfuerzos y dedicación están orientados a la realización de los proyectos de las nuevas generaciones.
“Sin importar cuales sean nuestros sueños, la dedicación y nobleza con que actuemos nos llevarán a cumplirlos”.